TORMENTA SIN RUIDO
(sobre Una novelita lumpen)
Patricia Espinosa
Crítica de Patricia Espinosa a LEYENDO A VILA-MATAS,
la novela de Gonzalo Maier
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EL VÉRTIGO INFINITO
PATRICIA ESPINOSA
Los sinsabores del verdadero policía es la más reciente obra póstuma de Roberto Bolaño, quien comenzó a escribir esta novela en la década de los ochenta. En la nota editorial realizada por Carolina López, que va al final del volumen, se informa que el libro se ha publicado tal como se encontró y que sus partes están desigualmente terminadas. Esto ha dado pie, y seguirá dando, para plantear que estaríamos ante una obra “inacabada”, concepto inaceptable desde un punto de vista teórico, ya que una obra va más allá del término que le da su autor: es el lector el que termina la obra y no el autor, es el lector quien pone a funcionar el texto, lo abre y lo interpreta en un proceso que no tiene fin. Entonces, toda narración queda inacabada, razonamiento que toma mayor fuerza en autores que, como Bolaño, driblean los cierres y completitudes.
La novela se enfoca principalmente en Amalfitano, profesor de literatura chileno, ex preso político, que descubre a los 50 años su homosexualidad, por lo que es expulsado de la universidad donde trabaja en Barcelona. Abandonando a Padilla, su amante, Amalfitano se marcha con Rosa, su hija adolescente, a México, donde encuentra nuevo trabajo y nuevo amante, Castillo, un falsificador de pinturas. Amalfitano se mantiene vinculado mediante cartas con el poeta Padilla, quien le relata la escritura de su novela y su relación con una yonquie obsesionada con Leopoldo María Panero. El relato sobre Amalfitano es intervenido con múltiples historias, que a su vez van expulsando aleatoriamente otras historias, provocando continuas desviaciones del supuesto centro narrativo.
En cinco partes numeradas se divide esta novela que, en una primera lectura, parece anteceder a Estrella distante, Llamadas telefónicas, Los detectives salvajes y 2666. Sin embargo, el orden de las publicaciones pierde bastante sentido en un autor que trabajó siempre varios libros al mismo tiempo. Más aún: buscar relaciones temporales y causales entre este volumen y los demás es no comprender nada de la revolucionaria propuesta estética de Bolaño. Una propuesta de novela que desarrolla la idea de mundos posibles o paralelos, con lo cual subvierte la causalidad, desplegando una narración múltiple e infinitizada; por tanto, ni un original y su reflejo, ni un antes ni un después: sólo ficciones que se espejean y bifurcan incesantemente, convirtiendo todo en un devenir alucinante de variaciones, desviaciones y mutaciones, que ninguna muerte, dogma, racionalidad o definición conservadora de novela pueden detener.
Ajeno a un final, desafiando toda clausura posible, cada tramo, cada segmento, cada parte de la novela, siempre queda abierto. Viajes, desarraigo, sexo, violencia, personajes complejos, marginados, autocitas tan cercanas como desviadas de sus referencialidades y una visión de una Latinoamérica tan infernal como la propia novela que leemos: Los sinsabores del verdadero policía es una poderosa novela experimental, en el sentido cabal del término, que por grandes tramos nos devuelve al mejor Bolaño, aquel que mediante una prosa arriesgada y vertiginosa nos hace recuperar el asombro y nos expone al temor de haber vivenciado la perfección de una escritura.
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