ENRIQUE VILA-MATAS TEXTOS de VILA-MATAS 
índice     autobiografía     obra    traducciones    premios     textos    la vida de los otros    recomendaciones     vilnius     fotobiografía
Exercises in Style. 65th Anniversary Edition

ticket dans Paris lila 2003

Bus París 1908

Metaliterario

Metaliterario

Metaliterario
METALITERARIO

En Ejercicios de estilo (1947) Raymond Queneau narra un incidente trivial de 99 maneras distintas. Es uno de esos libros de imposible clasificación, una obra literaria con un fuerte componente metaliterario o tal vez “paraliterario”, como indica Antonio Fernández Ferrer en el prólogo de su excelente traducción (Editorial Cátedra, 1993).

Ejercicios de estilo es un claro ejemplo del uso de una restricción literaria (escribir 99 veces la misma historia) como un motor creativo, una de las características del movimiento OuLiPo, del que Raymond Queneau fue uno de los fundadores.

La versión titulada Relato nos da una idea del incidente que se cuenta:

 Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre. Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.

La versión de Vila-Matas titulada METALITERARIO (título que parodia la voz de aquellos que califican de metaliteraria a su obra) ha sido incluida en Exercises in Style, de Raymond Queneau, libro publicado (enero 2013) por New Directions, con versiones del “incidente trivial” por parte de Jesse Ball,  Blake Butler, Amelia Gray, Shane Jones, Jonathan Lethem, Ben Marcus, Harry Mathews, Lynne Tillman, Frederic Tuten, Enrique Vila-Matas.

Compré en Barcelona Ejercicios de estilo, de Raymond Queneau un 26 de octubre de 1987.  No sabía de qué trataba, pero había oído hablar mucho del libro. Subí con Ejercicios de estilo al autobús de la línea 24, que debía dejarme en casa. Compré un billete al conductor y, por temor a que me lo pidiera el revisor y no lo encontrara, me lo puse en la boca;  pensé que así lo tendría más a la vista del inspector si éste se presentaba. A mitad de trayecto, empecé a hojear Ejercicios de estilo y vi que en el libro se narraba, con cien estilos diferentes, la misma anécdota trivial. Sería trivial, pero la historia me divirtió muchísimo, seguramente porque pasaba en un autobús y yo iba en un autobús, y quizás por eso la historia me entró tan rápido en la cabeza, como si yo circulara por ahí con un calzador, no un calzador para los zapatos, sino un calzador para  leer en los autobuses historias que pasaran en ellos. La historia era tontísima, pero me fascinó mucho.  En un autobús de París, un joven con sombrero de fieltro y cuello estirado se enfadaba cada vez que la gente bajaba porque había un pasajero –siempre el mismo- que aprovechaba la circunstancia para pisarle. Se producía una gran bronca, hasta que el pasajero protestador y llorón encontraba un sitio libre y se sentaba. Dos horas después, encontrábamos al mismo joven imbécil, ahora en la plaza de Roma; estaba sentado en un banco con un compañero, no menos idiota, que le decía: “Deberías hacerte poner un botón más en el abrigo”. Bueno, ya digo, la historia era tontísima, pero el hecho de que la narración arrancara en un autobús me cautivó porque nunca había leído en un autobús una historia que pasara en ese espacio. Tan fascinado me quedé que sin darme cuenta, por la satisfacción misma que me producía leer aquello que podía estar pasando en el mismo autobús en el que yo viajaba, fui chupando el billete y al final me lo tragué. Cuando llegó el revisor, de nada me sirvió decirle que me lo había tragado por culpa de una historia idiota que había estado leyendo y que me había hecho reír mucho. La multa fue grandiosa.


ENRIQUE VILA-MATAS
* Enero 2013

índice     autobiografía     obra    traducciones    premios     textos    la vida de los otros    recomendaciones     vilnius     fotobiografía
www.enriquevilamatas.com