ENRIQUE VILA-MATAS LA VIDA DE LOS OTROS 
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Historia Eternidad. Borges, Alianza


Diario poético de mi abuela


Historia Eternidad. Borges, Emece


Mujer en el espejo


Cascais


Túa Blesa

“PALABRAS TUYAS Y PALABRAS DE OTROS, 1”

TÚA BLESA


Mujer en el espejo contemplando el paisaje (1973), luego En un lugar solitario (2011), es el relato de un narrador que es un escritor, un narrador que en distintos pasajes de la novela escribe que está escribiendo o que ha escrito, entre otros: “a veces cambiaba de posición y me sentaba de cara a la ventana con dos gruesos libros encima de la silla a fin de poder escribir cómodamente” (15), “un día vuelves a tu habitación y recuperas el gesto mecánico de tu escritura y en un rincón se amontonan los papeles” (30). El narrador-escritor, pues, escribe que está escribiendo aquellas palabras que el lector está leyendo y también escribe en su narración que ha escrito algunos otros textos. Entre estos, el narrador escribió unos “versos” que recitará en el entierro de su madre, “escribo versos que a la mañana recitaré a modo de epitafio sobre su cadáver” (56), versos en una carta, o versos y una carta, pues cuando se vuelve a referir al entierro se leen palabras de todo interés: “al enterrarla al pie del árbol grande sobre la tierra húmeda me desplomé sobre la cruz del leño a cuyo pie dejé escrita una carta cuyo texto era copia del diario poético de mi abuela” (70): escritura como reescritura, palabras propias y palabras de otros. De todo interés, he escrito, porque este diario de la abuela tiene varias otras menciones en la novela; el narrador-escritor escribe que es una de sus lecturas: “buscando dormir todo cuanto quisiera atado al pasatiempo de releer las notas del diario poético de mi abuela” (20); es uno de los textos que tiene a mano: “escribo que llueve sobre esta tranquila mañana de domingo poco antes de que ordene mis papeles, el diario poético de mi abuela con sus seiscientas inacabables hojas ya archivadas, las cartas de mi padre desde el frente de León con sus terribles confesiones sobre el miedo, un relato juvenil de aventuras en el que la sangre es cerveza de los cuervos y la tierra es caballo de la neblina y los ojos son piedras de la cara y una nave es el lobo de las mareas, mi último escrito en el que resumo las conversaciones que acerca de la vida eterna sostuve con mi padre […] ciertos párrafos subrayados del diario poético de mi abuela y ciertas frases elegidas de entre la correspondencia amorosa de mis padres” (50-51). El narrador-escritor es, pues, un lector y con lo que escribe siembra en el lector la sospecha de que su escritura, su narración, es, al menos algunas de sus frases, reescritura de esos textos, de esos papeles que tiene a la vista. Propuesta de juego, de búsqueda, al lector: ¿qué palabras del narrador-escritor son escritura y qué otras reescritura? Aunque quedan bastantes otras cosas que decir al respecto, está claro que ya desde su etapa juvenil el narrador-escritor reescribía no poco en su relato de aventuras. En efecto, lo que hace saber al lector de ese texto es copia del ensayo de Jorge Luis Borges “Las kenningar”, un texto de 1953 incluido en Historia de la eternidad, publicado en 1971 (Madrid Alianza-Emecé), tiempo de la redacción de Mujer en el espejo. Kenningar, fórmulas de los escaldos, de las que Borges dice son “desfallecidas flores retóricas” (52), de las que añade que “nos extrañan el mundo” (67) y de las que da un listado en el que se lee que “cerveza de los cuervos” es “la sangre” (59), “caballo de la neblina” es “la tierra” (59), “piedras de la cara” son “los ojos” (58) y “lobo de las mareas” es “la nave” (58). El narrador-escritor, también un lector, vio apropiadas cuando joven algunas expresiones para su relato, por apropiadas quedaron apropiadas y al redactar su novela volvió a verlas apropiadas para esta y de nuevo fueron apropiadas. Escribir, “palabras tuyas y palabras de otros” (58) se dirá, reapropiadas, intertextualidades dobles que muestran un escritor reescritor.


(“¿Hay más?” oigo al lector del párrafo anterior. “Sí, hay más”, respondo, como se verá en mi libro Enrique Vila-Matas. Escritura, reescritura, doble escritura, de próxima publicación.)

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